Mercedes Pinto Maldonado
Nací bajo las faldas de Sierra Nevada (Granada) hace ya la friolera de cincuenta años. Allí crecí, me enamoré, me casé, nacieron mis tres hijos y terminé mis estudios. Exactamente por ese orden.
Hace veinte años que, por cuestiones laborales de mi marido, vivo en Málaga, en Alhaurín de la Torre, un lugar muy tranquilo que invita a escribir.
No, no vivo de mis libros, ¡qué más quisiera yo!; con lo que he ganado hasta ahora no hubiese podido sobrevivir, pero estoy en ello. Tampoco tengo otro trabajo, así que disfruto de mucho tiempo para escribir: dedico prácticamente toda la mañana. Las tardes las reservo para la familia.
Aunque no me decidí a publicar hasta hace diez años, la idea de escribir un libro ha estado en mí desde que era muy joven y de hecho lo intenté, aunque no quiero contarte el resultado. Fue una novela juvenil, en la que yo misma hice las ilustraciones. De la historia en sí misma estoy contenta, aunque ahora me doy cuenta de que me precipité. Después me enfrasqué en un proyecto mucho más ambicioso, La última vuelta del scaife, una historia que se desarrolla en un contexto histórico y unos lugares complejos, que me costó más de un año de documentación y otro para escribirla. Tenía la trama bastante estructurada, pero luego, inevitablemente, surgieron los cambios propios que hacen los personajes. Por supuesto que estaba llena de dudas; por momentos pensaba que después de tanto esfuerzo no interesaría a nadie, pero conseguí publicarla y lo cierto es que me ha dado muchas satisfacciones.
Nunca me había planteado contratar a un corrector literario, entre otras cosas, porque son demasiado caros, aunque su trabajo lo vale; pero para mi última obra lo he hecho. Me he dado cuenta de que el autor, bien por cansancio, bien porque está demasiado implicado o por las prisas que a veces nos imponemos a nosotros mismos, no lee sus textos con la objetividad ni la concentración necesarias en todos los aspectos que requiere la lectura. Suelen preocuparnos más los errores de bulto, como las incoherencias o la construcción de las frases, y obviamos detalles que pueden deslucir mucho el resultado final. Cada vez tengo más claro que un texto bien trabajado puede ser tan importante en una novela como la historia en sí misma.
La publicación de cada obra ha sido siempre tediosa. Hacerte un hueco en literatura, que tu nombre suene, lleva su tiempo; es como hacer una carrera, pero con horas de escritura. Luego está la suerte, que por fin algún editor de prestigio apueste por ti, bien porque le gusta especialmente el tema de una de tus obras o porque alguien de confianza te ha recomendado.
Tanto encontrar editorial como agente es la tarea más complicada con la que se puede enfrentar un autor después de escribir su obra. Desde luego, la vía más acertada es preparar una carta de presentación y una propuesta editorial y mandarlas a todos los agentes y editores que estén en la misma línea de su obra y, por supuesto, armarse de perseverancia y paciencia. La mayoría no se molesta en contestar, otros tantos contestan negativas sin leer tu propuesta y muy pocos se preocupan de atenderte debidamente, aunque te den el temido «no». Si tienes algo digno que ofrecer, es una cuestión de tiempo. Yo, finalmente, lo he conseguido. Tener agente te da seguridad y tranquilidad para escribir porque sabes que ya hay alguien luchando por tus obras.
La autopublicación es una buena manera de comenzar, aunque es un arma de doble filo: si tu obra es mala, será difícil remontar. Pero desde luego puede ser una estupenda manera de que te conozcan y empiecen a valorarte. Ahora, eso sí, es una ruina; debe entenderse como una inversión para el futuro. Con respecto a la publicación en formato digital, bueno, es un poco pronto, mis libros apenas llevan una semana en Amazon, pero estoy contenta: ya he ocupado los primeros puestos, tengo un número de descargas más que satisfactorio y están gustando a los lectores. Es una buena opción en los tiempos que corren, principalmente porque tengo claro que las obras que seguro que no se leen son las que están metidas en un cajón.
El talento de Nano, La última vuelta del scaife y Maldita se pueden encontrar en versión digital en Amazon. Las dos primeras han estado en papel durante años, pero he rescindido el contrato con mis editores y estoy buscando nueva editorial. También tengo otras tres obras esperando editorial, dos de ellas ya están siendo valoradas. Pero es un proceso muy largo, así que, mientras tanto, creo que la opción de tener versiones digitales de las anteriores es la más acertada, además de que estoy segura de que los libros electrónicos se van a imponer en un futuro próximo.
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Me encanta verme aquí, la entrevista ha quedado genial. Muchas gracias, Carmen, es todo un honor ver mi vida literaria en esta casa que tanto respeto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias a ti, Mercedes, por brindarme la oportunidad de descubrir que me encanta hacer entrevistas y darle un espacio a las personas que creo que tienen mucho para decir.
EliminarHola, buenas. Muy lindo blog, super interesante. Saludos de Córdoba - Argentina.
ResponderEliminarGracias, Limón. Espero volver a verte por aquí. Estuve en tu ciudad hace muchos años. Unas plazas muy lindas para pasear al atardecer.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanta ver aquí a Mercedes, se merece ser conocida porque su literatura tiene corazón y eso es muy importante a la hora de implicarte en un libro. Esta entrevista permite conocer un poco el trabajo tan arduo de hacer llegar tu "criatura" a los lectores.
ResponderEliminarBesitos a ambas
Gracias, Elysa. Tus comentarios son una bonita costumbre que me hace sentir acompañada.
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