Se acabó el viaje, la aventura, los despertares en movimiento, el clima totalmente impredecible de la otra parte del mundo, el amanecer una mañana y descubrir de repente que el país está en crisis (ministro de economía depuesto, subida del dólar, aerolíneas en quiebra y alerta meteorológica), la curiosidad de los argentinos por saber si el resto de sus compatriotas me ha tratado bien durante mi estancia, los descubrimientos de nuevas palabras y significados, montar en un taxi como quien participa en un rally, pasear por Buenos Aires de noche y aspirar profundo el aire del hemisferio sur que ya no respiro.
Se me cayeron las lágrimas varias veces, claro. Pero la ternura ajena vino a rescatarme y se quedó a mi lado para acompañarme hasta el último momento, llenando lo que prometían ser lágrimas con un sinfín de risas, chistes y bromas sobre supuestos gallegos brutos y argentinos egocéntricos.
Llegué a Madrid hace un día y qué os puedo decir. Que tengo ganas de veros a todos, que os veré a todos, que dejé muchas cosas por hacer, que me dio rabia irme ahora que comenzaba a comprender, ahora que comenzaba a conocer realmente... Que sé que no pasará mucho tiempo antes de que comience a planear cuándo volver,... volver a aprovecharme de la hospitalidad de Silvana, continuar conversaciones que se quedaron a medias por escasez de tiempo, volver a pasear por el caos de Buenos Aires y sentarme en San Telmo a mirar gente, árboles, empedrado, casas.
Antes debo resolver un par de asuntos pendientes...
Descubrí en Argentina una risa diferente. Quiero conservar la risa, la ilusión y la confianza que encontré allí. Un brindis por ustedes y por todos los buenos momentos pasados, antes, ahora y después. Quiero descubrir a qué huele el aire de este país nuestro al que tanta gente quiere venir. Seguiré contándoselo, si ustedes me dejan, si ustedes quieren.
Se me cayeron las lágrimas varias veces, claro. Pero la ternura ajena vino a rescatarme y se quedó a mi lado para acompañarme hasta el último momento, llenando lo que prometían ser lágrimas con un sinfín de risas, chistes y bromas sobre supuestos gallegos brutos y argentinos egocéntricos.
Llegué a Madrid hace un día y qué os puedo decir. Que tengo ganas de veros a todos, que os veré a todos, que dejé muchas cosas por hacer, que me dio rabia irme ahora que comenzaba a comprender, ahora que comenzaba a conocer realmente... Que sé que no pasará mucho tiempo antes de que comience a planear cuándo volver,... volver a aprovecharme de la hospitalidad de Silvana, continuar conversaciones que se quedaron a medias por escasez de tiempo, volver a pasear por el caos de Buenos Aires y sentarme en San Telmo a mirar gente, árboles, empedrado, casas.
Antes debo resolver un par de asuntos pendientes...
Descubrí en Argentina una risa diferente. Quiero conservar la risa, la ilusión y la confianza que encontré allí. Un brindis por ustedes y por todos los buenos momentos pasados, antes, ahora y después. Quiero descubrir a qué huele el aire de este país nuestro al que tanta gente quiere venir. Seguiré contándoselo, si ustedes me dejan, si ustedes quieren.
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