Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2011

Olvido

Es extraño compartir los momentos más plenos de tu vida con alguien que está a punto de olvidarlos.

Bright Star

Jane Campion (Reino Unido-Australia-Francia, 2009) Jane Campion —la directora de "El Piano" — sigue en su línea. En esta película veréis el mismo romanticismo sentimental hasta las lágrimas que en el film que la hizo famosa. Fue hace casi veinte años, en 1993; quedé fascinada por la pasión contenida, la estética extremadamente cuidada y el desborde de suspiros y anhelos. Hoy tengo casi cuarenta años y el romanticismo, aunque confieso que lloré, no está dentro de mis preferencias. Pero tiene un valor añadido y es que aborda un hecho histórico: los últimos meses de vida de John Keats, un poeta considerado como uno de los mejores exponentes del romanticismo. Quizás eso haga que el tratamiento que le da la directora se ajuste al sentir de este autor, que murió a los 25 años pobre, enfermo, sin haber alcanzado ningún tipo de reconocimiento por su obra, sin familia y lejos de su amada y sus amistades. Dejando de lado la historia de amor principal, me llamó la atención

Cirkus Columbia

Danis Tanovic (Bosnia-Herzegovina-Francia-Reino Unido-Alemania-Eslovenia-Bélgica-Serbia, 2010) Cirkus Columbia comparte el tinte de locura de las obras de Kusturica, aunque en un grado menor. Debe ser el carácter regional, la convivencia de culturas distintas en pleno corazón de Europa o el intento de sobrevivir a una realidad cuya única regla es la del azar de los juegos de dados. Kusturica eleva a la enésima potencia lo absurdo de los embates de la vida: sus personajes deambulan ebrios, cantando, brindando y bailando por las calles sin ninguna medida mientras todo se desploma alrededor; conviven apretados en un sótano mientras unos centímetros de tierra más arriba la opulencia se derrama por toda la habitación. Tanovic es más comedido, pero a su modo refleja en esta película el circo de la vida, un circo mucho más tragicómico y sorpresivo de lo que estamos acostumbrados a experimentar en este país en que vivimos. No sé muy bien quién de todos los personajes es el protagonis

Cambio de paradigma

Un día tras otro, un paso tras otro, un segundo tras otro, una respiración tras otra. Esta era para Ana la única forma de vida posible. No concebía las simultaneidades, las intersecciones ni las conjunciones. Todas sus vivencias estaban ordenadas en fila india; todos los recuerdos pertenecían a una serie que podía recorrerse de atrás adelante o de adelante atrás, pero siempre de forma sucesiva. Se encontraba a gusto en la cola del supermercado o en la butaca del cine: todos juntos pero no revueltos. Le gustaban especialmente los cines antiguos en los que aún se leía un número en la parte posterior de los asientos. Disfrutaba viendo la disposición de los libros en una biblioteca. Cuando iba a la piscina cada martes por la tarde, se extasiaba sintiendo cómo los brazos y las piernas se movían de forma alternada, uno detrás de otro. Por eso, la noche que soñó con los dos a la vez se despertó con una sensación de ahogo en la garganta y un sudor frío que le erizaba el vello del cuerpo.

Momentos redondos

- Mamá ¿cómo son los momentos redondos? -preguntó Juan. Su madre contestó sin titubear: - Son momentos sin fisuras; instantes en los que parece que estás dentro de una fotografía formando un todo con el entorno. Son ráfagas de intensidad en que te olvidas de los pensamientos y de repente ves, escuchas y hueles en tres dimensiones. Te ves a ti mismo por detrás, por delante y por los costados, metido dentro del paisaje, sintiendo el aire y los objetos que hay por encima y por debajo de ti. Incluyes en un mismo parpadeo lo que está pasando cerca y lo que estás viendo suceder tan lejos como el horizonte. Son momentos mágicos, completos, y la vida sin ellos sería un puzzle roto.

Politist, adjectiv (Policía, adjetivo)

Corneliu Porumboiu (Rumania, 2009) Recomiendo este film a todos aquellos que quieran ver una película sencilla pero inteligente, aparentemente desapasionada pero profunda, y especialmente a aquellos que dedican gran parte de su energía diaria a buscar una y otra vez en diccionarios el significado de tal o cual palabra o la forma correcta de escribirla. No hay nada más extraño para empezar que el cartel publicitario: una pistola dentro de un diccionario. ¿Será que las palabras son armas? ¿Que se puede matar con los significados? En cierto modo, sí; como nos muestra el director. Se puede doblegar a las personas; se puede amordazar la conciencia de aquellos que, a pesar de la simplicidad de su vida cotidiana, deciden pensar con libertad y autonomía. Es la película de un oficial de policía (vestido siempre de paisano y sin que se vea un arma en toda la película) con el trabajo anodino de seguir un día tras otro a un joven cuya única maldad es fumar porros. El policía viajó de l

El saxo pescador

Eran las ocho menos cuarto de la tarde y volvía a casa. Caminaba por la misma calle por la que vuelvo siempre del centro. La música procedía del edificio de la esquina, así que imaginé algún joven estudiante saxofonista practicando. Sonreí; me encanta oir ensayar cualquier instrumento: los acordes que se repiten una y otra vez son una especie de ventanas sonoras que me transportan al estado de concentración en que está sumida la persona que toca. Alegran la calle; la enriquecen como si se tratara de la banda sonora de una película; le dan densidad a las pisadas, a los cláxones, a las conversaciones breves e intrascendentes de los encuentros casuales. Miré hacia las ventanas del edificio como si pudiera ver las notas saliendo de algún piso. Quizás el segundo, que tenía los cristales entreabiertos; de ninguna manera el tercero, que estaba cerrado a cal y canto. Sin embargo, según me acercaba, parecía que el músico estuviese sentado en la acera: la música se expandía a ras de suelo.

Visitas